Rather Listen?
Welcome Back! Today, we’ll be looking at the Gospels of Matthew, Mark, and Luke to see how Jesus developed His disciples as leaders by rapidly delegating authority and responsibility.
So let’s get started.
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Matthew 10:1-8, Mark 6:7, Luke 9:1–2
And calling His twelve disciples to Him, Jesus gave them power and authority over all demons (unclean spirits), so that they could drive them out and power to heal every disease and sickness. And He sent them out two by two to proclaim the kingdom of God and to heal the sick.
These are the names of the twelve apostles: first Simon, called Peter, and his brother Andrew; James son of Zebedee, and his brother John; Philip and Bartholomew; Thomas and Matthew the tax collector; James son of Alphaeus, and Thaddaeus; Simon the Zealot, and Judas Iscariot, who betrayed Jesus. These twelve Jesus sent out with the following instructions: “Do not go onto the road of the Gentiles or enter any town of the Samaritans. Go rather to the lost sheep of Israel. As you go, preach this message: ‘The kingdom of heaven is near.’ Heal the sick, raise the dead, cleanse the lepers, drive out demons. Freely you have received; freely give.
My Thoughts
Last time we talked about the shortage of laborers and how Jesus worked at solving that problem. But there’s something else that is unique about Jesus’ leadership style when it comes to developing laborers for the harvest. Jesus delegates power and authority pretty quickly. If you’ve been reading the Gospels for any length of time, you may have noticed that the Twelve were not the most stellar group of young leaders to entrust with such a significant mission. They still want to call hellfire and brimstone on the Samaritans and figure out who among them is at the top of the pecking order. No, these guys are still very raw. But Jesus knows something about developing these fledgling laborers into the future stalwart leaders they are destined to become. He put the heavy load of responsibility on their shoulders early in the ball game. Like my friend Jeff Sundell says, “Responsibility is like fertilizer helping young leaders to grow faster and stronger.” Is it messy? Is it risky? You bet! But is it worth it? You better believe it! Just look at Jesus’ results.
My Story
I once had a ministry partner ask the question; “How in the world do you put up with so much mess in your ministry?” My answer was simple; “Delegation is messy business but worth the clean up.” Young leaders make mistakes, they become proud or deflated at the drop of a hat, and they can over or under shepherd the flock pretty easily. And that’s why most leaders don’t delegate. Their motto is; “Kids don’t try this at home. Leave it to the professionals.”
But how did these “professionals” learn to do what they are doing in ministry? Two ways. They either had a mentor that gave them authority and responsibility knowing there would be messes to clean up along the way. Or they had to learn on their own, mistake after mistake, making the learning process exponentially longer. Everyone is going to make mistakes and errors. The question is; Are you walking with someone that you are mentoring, delegating, guiding and coaching them in the ways of Jesus? And if they veer off the path, do you help them get back on track?
It reminds me of Proverbs 14:4;
Where no oxen are, the manger is clean, But much revenue comes by the strength of the ox.
If you don’t have an ox, you don’t have to clean up ox poo. If you don’t develop leaders, you don’t have to clean up leader poo. But there is great advantage in having both an ox and leaders who can share the load with you.
Our Action Plan
Now we’ll look at some ideas on how to help us delegate authority and responsibility to those we are discipling.
Answer these questions;
- What responsibilities do we typically associate with professional ministers that the Bible doesn’t explicitly restrict to professionals?
- What tasks or responsibilities am I hesitant to delegate, and why?
- What steps can I take to build confidence in those I’m training for leadership roles?
- Create a list of tasks or projects you should delegate within the next two weeks to improve efficiency and development of those you are discipling.
Effective delegation is not just about offloading tasks, but about fostering growth and maturity in those we lead. By entrusting responsibilities to others, even when it’s messy, we follow Jesus’ example of developing leaders who can carry forward the mission with confidence and competence.
Delegación = Maduración – 89
¡Bienvenidos nuevamente! Hoy, analizaremos los Evangelios de Mateo, Marcos y Lucas para ver cómo Jesús desarrolló a sus discípulos como líderes al delegar rápidamente autoridad y responsabilidad.
Comencemos.
Mateo 10:1-8, Marcos 6:7, Lucas 9:1-2
Y llamando a sus doce discípulos, les dio poder y autoridad sobre todos los demonios (espíritus inmundos), para que los expulsasen, y poder para sanar toda enfermedad y dolencia. Y los envió de dos en dos a predicar el reino de Dios y a sanar a los enfermos.
Estos son los nombres de los doce apóstoles: primero Simón, llamado Pedro, y su hermano Andrés; Jacobo hijo de Zebedeo, y su hermano Juan; Felipe y Bartolomé; Tomás y Mateo el recaudador de impuestos; Jacobo hijo de Alfeo, y Tadeo; Simón el Zelote, y Judas Iscariote, el que traicionó a Jesús. A estos doce envió Jesús con las siguientes instrucciones: «No vayáis por el camino de los gentiles, ni entréis en ciudad de samaritanos. Id más bien a las ovejas perdidas de Israel. Por el camino, predicad este mensaje: «El reino de los cielos está cerca. Sanad enfermos, resucitad muertos, limpiad leprosos, expulsad demonios. De gracia recibisteis, dad de gracia.»
Mis Pensamientos
La última vez hablamos de la escasez de obreros y de cómo Jesús se esforzo para resolver ese problema. Pero hay algo más que es único en el estilo de liderazgo de Jesús cuando se trata de desarrollar obreros para la cosecha. Jesús delega poder y autoridad con bastante rapidez. Si has estado leyendo los Evangelios durante algún tiempo, es posible que hayas notado que los Doce no eran el grupo más estelar de líderes jóvenes a los que se les podía confiar una misión tan importante. Todavía quieren invocar el fuego del infierno y el azufre sobre los samaritanos y averiguar quién de ellos está en la cima de la jerarquía. No, estos muchachos todavía son muy inexpertos. Pero Jesús sabe algo sobre cómo desarrollar a estos obreros novatos para que se conviertan en los futuros líderes incondicionales que están destinados a ser. Puso la pesada carga de la responsabilidad sobre sus hombros desde el principio. Como dice mi amigo Jeff Sundell: “La responsabilidad es como el fertilizante que ayuda a los líderes jóvenes a crecer más rápido y más fuertes”. ¿Es desordenado? ¿Es arriesgado? ¡Por supuesto! Pero ¿vale la pena? ¡Más vale que lo creas! Basta con mirar los resultados de Jesús.
Mi Historia
Una vez, un compañero de ministerio me preguntó: “¿Cómo es posible que puedas soportar tanto desorden en tu ministerio?” Mi respuesta fue sencilla: “Delegar es un asunto complicado, pero vale la pena el arreglo”. Los líderes jóvenes cometen errores, se enorgullecen o se desaniman en un abrir y cerrar de ojos, y pueden pastorear demasiado o demasiado poco al rebaño con bastante facilidad. Y es por eso que la mayoría de los líderes no delegan. Su lema es: “Los niños no intentan hacer esto en casa. Déjalo en manos de los profesionales”.
Pero, ¿cómo aprendieron estos “profesionales” a hacer lo que están haciendo en el ministerio? De dos maneras. O tenían un mentor que les dio autoridad y responsabilidad sabiendo que habría desorden que arreglar en el camino. O tuvieron que aprender por su cuenta, error tras error, lo que hizo que el proceso de aprendizaje fuera exponencialmente más largo. Todos vamos a cometer errores y equivocaciones. La pregunta es: ¿estás caminando con alguien a quien estás asesorando, delegando, guiando y entrenando en los caminos de Jesús? Y si se desvían del camino, ¿les ayudas a volver al buen camino?
Me recuerda Proverbios 14:4
Sin bueyes el granero está vacío; mas por la fuerza del buey hay abundancia de pan.
Si no tienes un buey, no tienes que limpiar el excremento del buey. Si no desarrollas líderes, no tienes que arreglar el desórden del líder. Pero hay una gran ventaja en tener un buey y líderes que puedan compartir la carga contigo.
Nuestro Plan de Acción
Ahora veremos algunas ideas sobre cómo ayudarnos a delegar autoridad y responsabilidad a aquellos a quienes estamos discipulando.
Responda estas preguntas:
¿Qué responsabilidades solemos asociar con los ministros profesionales que la Biblia no las restringe explícitamente a los profesionales?
¿Qué tareas o responsabilidades dudo en delegar y por qué?
¿Qué pasos puedo dar para generar confianza en aquellos a quienes estoy capacitando para roles de liderazgo?
Haz una lista de tareas o proyectos que se deberías delegar en las próximas dos semanas para mejorar la eficiencia y el desarrollo de aquellos a quienes estás discipulando.
La delegación eficaz no se trata solo de delegar tareas, sino de fomentar el crecimiento y la madurez en aquellos a quienes dirigimos. Al confiar responsabilidades a otros, incluso cuando es complicado, seguimos el ejemplo de Jesús de desarrollar líderes que puedan llevar adelante la misión con confianza y competencia.
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